El otro día fui a visitar a mi colega Felipe el cual comparte mi afición por los cachopos (aunque el siempre encuentra el momento ideal para restregarme que él ya lleva muchos años en esto de comer cachopos y que si tal cachopo fue el mejor de la historia…etc.) y me fijé que tenia en el salón unos “taburetes” que tenían en su base un par de altavoces y unas conexiones que llegaban a la cadena de música, le pregunté.
-¿y eso?
-Pues nada, el otro día que eché una primitiva y me tocaron 1000 euros, así que aproveché y me los compré, ¿te gustan?
Y yo que siempre suelto lo que siento sin cortarme un pelo en este caso me moderé y cambie de tema.
-Pues parece que va a llover…
Llevo mas de cuatro años jugando en una peña a la primitiva y no recuerdo cuando nos toco algún premio importante, creo que nunca, y este tío va echa una primitiva y le tocan 1000 euros.
Que injusta es la vida.
Santiago Segura me advirtió de que un sms había llegado al móvil, saque el dichoso aparato y ahí estaba, un mensaje de Berta invitándome a cenar el viernes. Todos los que me conocen saben que nunca rechazo una invitación para cenar, y para otras cosas tampoco, así que respondí con un me encantará acudir al ágape.
Posiblemente Felipe lleve mas de cuatro anos comiendo cachopos con sus colegas, y probablemente tenga una peña dedicada a eso, pero lo que estoy seguro es de que jamás tomó un cachopo como el de casa Berta. Que injusta es la vida, ¿verdad Felipe?
El caso es que la cena estaba debida al regreso de Berta de su patria Charra, en la cual se había encontrado con nuestra amiga lusa, Marta. Así que regreso cargada de viandas que nos gustan especialmente a Chela y a mí y no dudó en compartirlas invitándome a la susodicha cena.
Llegué puntual como siempre y me encontré a Berta en la calle paseando a Ye-ho, subimos juntos y nos recibió Chef-Chela, con su mandil folclórico habitual, después del saludo típico me indicó el salón donde cenaríamos, no me había sentado cuando una de las viandas apareció ante mi, pero de esto no trata mi blog así que tendréis que visitar el de Chela que me ha prometido comentar esta parte importantísima de la velada.
Mi blog trata de cachopos, y también suelo hablar de entrantes y todo lo que gastronómicamente lo rodea, aunque alguna vez me desvíe del tema. De primero una tortilla, diré sobre la tortilla que es mi comida favorita junto con el cachopo, las fabas etc… Es que tengo un saque…
-Te dije que echaras mas sal, que siempre te queda sosa
-Ya lo se Berta, ye mi defecto, pero que le voy faer
-Ñam
-¿Quieres un poco de sal Javi?
-Ñam, ein? No, está bien, gracias, Ñam, voy a echarme otro trozo.
Y de repente se retiro la tortilla y llegaron, palabras mayores, el CACHOPO.
Yo no se cocinar, tampoco lo he intentado (a ver si resulta que soy un genio de la cocina y aún no lo sé), pero Chela si y este día lo demostró, la carne tierna (y de calidad, se molesto en que fuera así) el queso fundido mmmMMMmmm pero no grasiento como he visto en algún sitio, y el jamón serrano, dudo que de pata negra pero tampoco lo pregunté, lo acompañaban unos guisantes con pimiento picado y champiñones que le daba ese toque de distinción arrebatado por las patatas que estaban un poco pasadas.
En fin, el cachopo cojonudo, la bebida cojonuda (era cerveza), la compañía cojonuda y en el fondo el recuerdo de nuestra amiga Marta que va a ser madre por primera vez, felicidades Marta.
Lugar: Casa Berta
Puntuación: No a lugar, si quereis probarlo hay que dorarle la
pildora tanto a Berta como a Chela, pero deciros que impresionante. ¿Cuando otra invitación?
Postdata o Postpost: Chela, por mucho que lo intentes nunca harás el cachopo tan bien como lo hace tu señora madre, saludos.